Medida impacta las decisiones de embarque y genera presión en las rutas del Atlántico y en las cadenas de suministro.
El Presidente de EE. UU. Donald Trump anunció el domingo que había acordado posponer la aplicación de los aranceles a las importaciones provenientes de la Unión Europea (UE) hasta el 9 de julio, tras una llamada con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. De este modo, el plazo de aplicación de los aranceles vuelve al original de 90 días, aunque manteniendo un nivel mucho más alto.
El presidente había comunicado inicialmente la entrada en vigor de un arancel del 50% sobre los productos de la UE el 1 de junio. Además, en una publicación en redes sociales, acusó al bloque de ser “muy difícil de tratar”, afirmando, al mismo tiempo, que las negociaciones comerciales con la UE “no avanzaban”.
“La UE y EE. UU. comparten la relación comercial más estrecha y relevante del mundo”, afirmó Ursula von der Leyen, quien indiicó además que “para alcanzar un buen acuerdo, necesitaríamos tiempo hasta el 9 de julio”.
Si bien el anuncio de Trump sobre el aplazamiento ha dado a ambas partes un respiro, los analistas del mercado advirtieron el lunes que aún queda mucho en juego.
Lars Jensen especialista en la industria marítima sostiene que desde el punto de vista de los propietarios de carga, esto significa unas semanas más para potencialmente adelantar los embarques en la medida en que sea prácticamente posible, lo que podría añadir presión en la ruta del Atlántico.
“Jugando al yo-yo”
Jensen afirmó además – en contra de quienes indican que estas idas y venidas en las decisiones de Donald Trump “son meras tácticas de negocios”- que no se deben subestimar los efectos negativos de la incertidumbre en la cadena de suministro.
Destacó al respecto que Sea-Intelligence informa que solo en la última semana las líneas navieras han aumentado la capacidad en la ruta Transpacífico hacia la USWC en un 11% para la próxima semana, lo que se produce después de un período en el que se estaba eliminando rápidamente capacidad.
“Estos movimientos de ‘yo-yo’, tanto en términos de demanda como de oferta, podrían exacerbarse en otras rutas, sobre todo en el Atlántico, a la luz de los anuncios casi diarios de Trump sobre posibles cambios en las regulaciones arancelarias”, advierte Jensen.