Administración Trump dice que freno a despachos de vehículos desde ese país sería a partir del 2 de mayo.

Colombia debería buscar soluciones técnicas que aseguren un comercio fluido antes de construir barreras que puedan entorpecer su comercio exterior, impactando de manera directa tanto la economía del país como a sus habitantes.
Lo anterior hace parte de las primeras reacciones de algunos gremios de la producción a la advertencia del Gobierno de Estados Unidos de frenar la exportación de sus vehículos hacia Colombia a partir del próximo 2 de mayo, de persistir la exigencia de una certificación tanto de los automotores como a las autopartes que llegan desde ese país.
En carta enviada el pasado 11 de abril a Cielo Rusinque, ministra de Comercio, Industria y Turismo (encargada), por parte del representante comercial de Estados Unidos, Jamieson L. Greer, se advierte que las regulaciones que “Colombia prepara aplicar afectarán cerca de 700 millones de dólares anuales” en exportaciones automotrices.
Y enfatiza que estas regulaciones, rechazan la “aceptación por parte de Colombia, desde hace mucho tiempo, de las normas y procedimientos de certificación de Estados Unidos para vehículos de motor y sus componentes”.
“Colombia debe comprender que el mundo automotor desde hace muchos años desarrolló unos protocolos de certificación de sus productos y sistemas, que son aceptados por todos los países productores y receptores, y que basta con que el fabricante presente los certificados emitidos por las autoridades del país de origen para que sean aceptados por el país que recibe”, señaló Pedro Nel Quijano, presidente ejecutivo de la asociación gremial de concesionarios automotores (Aconauto), en relación con esta nueva crisis que se podría desatar en el ámbito comercial del país.
El vocero gremial agregó que ir en contravía de esos cambios “es construir barreras no arancelarias que entorpecen el comercio y encarecen los vehículos al consumidor”.
Según lo expresado por Greer en su misiva, Colombia ‘insiste’ en cambiar los requerimientos de certificación para los vehículos y sus componentes sin presentar “evidencia alguna” de que los métodos de regulación actuales, que se rigen en ese país bajo las Normas Federales de Seguridad de los Vehículos (FMVSS, por sus siglas en inglés), no cumplen con las regulaciones colombianas.
Pero no es el único que está viendo riesgos para el país de cristalizarse esa advertencia del gobierno de Estados Unidos. Desde la Cámara de Comercio Americana (AmCham) advierten que Colombia no tiene como implementar esas medidas.
“La comunicación del Representante Comercial de Estados Unidos a Colombia sobre las regulaciones que restringen el ingreso de vehículos y autopartes de Estados Unidos reflejan la necesidad de avanzar en soluciones técnicas que aseguren un comercio fluido. Hoy, Colombia no cuenta con laboratorios que permitan certificado bajo el acuerdo de 1958, lo que hace inviable la implementación de la medida. Es el momento de trabajar en conjunto-sector público privado-para fortalecer la relación bilateral. Desde la Cámara Colombo Americana reafirmamos nuestro compromiso con este propósito”
Estados Unidos es el principal socio comercial de Colombia y buena parte de los vehículos que se venden acá son marcas de origen estadounidense. En total, el año pasado se vendieron poco más de 200.000 automotores en el país.
Para Eduardo Visbal Rey, vicepresidente de Comercio de Fenalco, la medida, que trata de establecer Colombia con el proyecto de decreto en curso, es discriminatoria contra el comercio de vehículos de origen estadounidense que utilizan los Estándares Federales de Seguridad de Vehículos Motorizados (Fmvss, por sus siglas en ingles).
Países como Brasil, Argentina y México, entre otros, que ensamblan vehículos de marchas originarias de allí también las aplican. “Estamos hablando de más de la mitad de los vehículos que se venden en el mercado colombiano”, señala en vocero gremial, quien agrega que no han podido entender por qué la Agencia Nacional de Seguridad Vial indica que los estándares norteamericanos no están contemplados en la ley colombiana y que solo están autorizados los de las Naciones Unidas.
En ese sentido, señaló que le han pedido al gobierno colombiano que muestre en qué parte de la ley está eso; segundo, que tenga en cuenta que todos los estándares de todo tipo de maquinaria o equipos tienen equivalencias. “El problema es que le quieren exigir a los vehículos que llegan desde Estados Unidos una certificación llamada de ‘tercera parte’, que no se le pide a los demás, lo que implicaría un costo adicional que afectaría el comercio”.
Según lo planteado en la carta del representante de Comercio Jamieson L. Greer, lo que se pide es que igualen las condiciones, pues de lo contrario, Estados Unidos tomaría esa exigencia como una medida discriminatoria que traería efectos posteriores, sin mencionar de qué tipo.