Destacados actores del sector si bien reconocen imperfecciones, destacan su aporte en ruta a un futuro sostenible.
Al cumplirse un año desde la entrada en vigor de la regulación del Indicador de Intensidad de Carbono (CII), la industria marítima reflexiona sobre los impactos y desafíos de este importante paso hacia la descarbonización. El CII, se debe recordar, es una medida de la eficiencia energética de un buque y ha sido un punto focal para evaluar y mejorar el desempeño ambiental dentro de las operaciones marítimas durante el año pasado, precisa un artículo de Veson Nautical.
Durante el evento CMA Shipping de este año, un panel que incluyó a Helen Barden, procuradora principal de Asuntos Externos de NorthStandard; James Frew, director de asesoramiento empresarial de Lloyd’s Register; Charles (Bud) Darr, vicepresidente ejecutivo de política marítima y asuntos gubernamentales de MSC Group; y Tom Keenan, presidente del comité técnico en la Asociación Internacional de Armadores de Carga Seca (Intercargo) debatieron en torno al desempeño de CII.
El panel reconoció primeramente las imperfecciones de la CII tal como se implementó inicialmente, puesto que todavía existen muchos matices e incertidumbres en torno a las calificaciones CII actuales debido a diversos factores operativos que afectan el desempeño de los buques. Tom Keenan de Intercargo, destacó posibles discrepancias que podrían influir en los cálculos de eficiencia al compartir un caso en el que buques idénticos recibieron calificaciones significativamente diferentes debido a diferentes recorridos de carga. Esto puede resultar frustrante, ya que puede dar lugar a calificaciones CII que no reflejan fielmente las medidas de descarbonización del buque.
Otra área de mejora que destacó el panel fueron los mecanismos de aplicación laxos y la falta de claridad en torno a las consecuencias. Charles Darr enfatizó la necesidad de un análisis de datos más riguroso para refinar y mejorar el marco regulatorio. También el panel reconoció que ninguna nueva regulación será perfecta y la necesidad de trabajar colectivamente para mejorarlas.
Diálogo industrial
No obstante, la CII es considerada mayormente como un punto de partida crucial y un catalizador para cambios positivos en torno a la forma en que la industria interactúa entre sí. Helen Barden de NorthStandard destacó que la CII está haciendo que fletadores y armadores hablen sobre eficiencias operativas y también se centren en el lado de los datos: frecuencia, calidad, transparencia entre armadores y fletadores, y más. Además, indicó que la CII también está impulsando debates a nivel de la OMI, como en la reciente sesión MEPC 81, particularmente en torno al aumento del costo financiero por incumplimiento.
James Frew de Lloyd’s Register añadió a este punto destacando que la CII ha obligado a los armadores a confrontar el desempeño de sus naves y entablar discusiones sobre estrategias de control de emisiones. Observó una participación sin precedentes de los fletadores, lo que también habla del impacto global de la CII como medida regulatoria.
Hacia un futuro sostenible
También se admitió que la CII, si bien es un mecanismo imperfecto, está actuando como un impulsor crucial para mejorar la eficiencia operativa mientras la industria hace la transición hacia los combustibles del futuro. James Frew destacó la posible simbiosis entre la CII y otros marcos regulatorios para lograr objetivos de sostenibilidad a largo plazo: “Creo que, si se hace bien, la CII puede ser un facilitador para las próximas regulaciones globales sobre estándares de combustible y impuestos al carbono”.
Según Chris Aversano, Principal Product Manager de Veson Nautical, A un año de implementación de la CII, es evidente que este marco regulatorio ha generado algunos cambios transformadores en las prácticas de la industria y que, a pesar de las complejidades y las áreas de mejora, el foco sigue siendo aprovechar medidas regulatorias como la CII para impulsar un cambio sostenible en el sector marítimo.