El diésel, la gasolina y el gas natural registran importantes alzas alrededor del mundo
Mientras la mayor crisis de combustible jamás vista no da señales de ceder, se plantea la cuestión de si lo que está por venir será peor. Cabría preguntarse, después de tanto tiempo con precios tan altos, si estos volverán a una sensación de relativa normalidad, cuestiona un reporte de Ti.
Para responder, en primer lugar, hay que examinar los determinantes del costo de la gasolina y el gasóleo. El 4 de julio de 2022, el costo medio de la gasolina en el Reino Unido era de 191,9 peniques (US$2,31) por litro, y el del diésel, de 199,9 peniques (US2,40) por litro.
Los costos del crudo constituyen la parte más importante del precio del combustible, ya que determinan el 50% del costo final. Según la base de datos de Ti, el crudo se sitúa en US$114,3, lo que supone un aumento del 454% respecto al precio del barril del 1 de abril de 2020. Además, casi la mitad del precio de un litro de combustible consiste en derechos e impuestos sobre el mismo. Esto supone un 46% para la gasolina sin plomo y un 45% para el diésel. El 4,5% restante es el margen de beneficio de los minoristas, lo que pone de manifiesto que es un momento precario para todo el sector y que no hay verdaderos ganadores.
En marzo, el ministro de Hacienda británico, Rishi Sunak, redujo el impuesto sobre los carburantes en 5 peniques (US$0,06), en lo que se consideró una medida innovadora. Desde entonces, los precios han subido más de un 60%, pasando de unos 130,9 peniques (US$1,57) por litro a las cifras actuales.
No sólo el Reino Unido y Europa se han visto muy afectados por la crisis. El gobierno de Sri Lanka ha anunciado recientemente medidas para reducir el impacto del agotamiento oficial de las reservas de combustible. Se han producido cierres de escuelas en todo el país y prolongados cortes de electricidad, mientras el país experimenta la peor crisis económica de su historia. El gobierno ha suspendido todos los servicios excepto los esenciales, así como la compra de combustible.
La esperanza es que se alarguen los suministros restantes durante unos días más mientras se buscan desesperadamente suministros de emergencia. El país está profundamente endeudado en lo que respecta a los pagos del diesel que, como ya se ha dicho, están alcanzando máximos históricos, lo que se suma a la deuda que ha acosado a la actual administración durante años. El malestar social va en aumento, con disturbios y manifestaciones cada vez más frecuentes y graves. La inflación también está en su punto más alto, alcanzando el 54% en el país, dejando a muchos hogares sin poder permitirse artículos básicos como la comida y la ropa.
Ucrania se enfrenta a una crisis similar relacionada con el combustible. La invasión y sus impactos han sido bien documentados, pero mientras el país intenta volver a una relativa normalidad, lo siguiente que supone una gran amenaza es el costo del combustible y, por consiguiente, el costo de la vida. El 80% del combustible de Ucrania antes de la guerra era importado, y la gran mayoría procedía de Bielorrusia.
Los misiles rusos han apuntado a los almacenes de combustible para impedir que se utilice el combustible dentro del país. El país pronto estará de rodillas, ya que su principal fuente de ingresos por exportaciones -la industria agrícola- sufrirá un fuerte golpe debido a la falta de combustible disponible para los vehículos necesarios para cultivar a gran escala.
El comercio de hidrocarburos es un pilar esencial de la economía mundial en la medida en que todos los demás commodities requieren combustible para ser producidos y exportados, la escasez y el aumento de los costos del mismo son un problema para todas las importaciones y exportaciones del mundo. También ha tenido una gran repercusión en los precios mundiales del gas, que están subiendo a un ritmo vertiginoso.
El gas natural está alcanzando máximos históricos, y el costo de su transporte no hace más que aumentar. El costo de funcionamiento de los vehículos de transporte de bienes por carretera aumenta prácticamente a diario, lo que significa que las navieras, los expedidores y los freight forwarders están sufriendo un fuerte impacto en sus negocios, reduciendo los márgenes de beneficio de forma considerable.
Por ahora, este será el panorama para el resto del año y de cara a 2023, ya que estos traumas económicos a gran escala causan estragos que se retrasan en su impacto.