La junta directiva del Banco de la República decidió ajustar su tasa de referencia en 50 puntos básicos, pasando del 10,25% a 9,75%. La decisión de reducir los tipos de interés en esta magnitud se aprobó con cuatro votos a favor.
Pese a esta baja, el mercado esperaba que el Emisor acelerara el ritmo en los recortes con una reducción de 75 puntos básicos. No obstante, hubo un factor clave que llevó a la junta a mantener la senda de cautela: el comportamiento del dólar.
Según explicó el gerente del Banrep, Leonardo Villar, la tasa de cambio del peso frente a la divisa estadounidense ha venido mostrando incrementos sucesivos, que de volverse persistentes podrían generar presiones al alza sobre la inflación. Esto podría tener un efecto en el margen de maniobra con el que se ha venido ajustando la política monetaria en los últimos meses.
“Las presiones cambiarias recientes han estado asociadas a la fortaleza del dólar a nivel global, a la caída del precio del petróleo y a la incertidumbre en torno a la situación fiscal en Colombia”, señaló Villar.
¿Cómo se ha movido el dólar?
Para entender mejor esta motivación y el comportamiento que ha venido evidenciando el dólar, es necesario remitirse a los datos históricos.
El billete verde inició el año en $3.822. Desde ese punto y hasta la fecha, la moneda extranjera ha intentado mantener esa tendencia al alza, moviéndose en un rango por arriba de los $4.000.
Si bien para mediados de julio registró una ligera baja (cotizándose entre los $3.944 y los $3.977), con corte a este 1 de noviembre, la divisa se negocia en un precio promedio de $4.403, lo que evidencia la fortaleza que ha venido ganando con respecto al peso.
Tomando el dato más reciente como referencia, el dólar estadounidense ha subido $581 en lo que va del 2024.
Es importante resaltar que el movimiento del billete verde no es el único factor que tuvo en cuenta la junta del Banco de la República para tomar su determinación. En esa discusión también se consideró la incertidumbre en torno a las próximas elecciones presidenciales en EE. UU., y el proyecto de reforma al Sistema General de Participaciones (SGP), en especial por el impacto que este podría representar en la sostenibilidad de las finanzas públicas.