Dificultades para mover carga terrestre tiene entrampada la cadena de suministro
Faltan tres meses para Navidad. Las listas de deseos comienzan a transformarse en listas de compras y carritos virtuales llenos de productos que inician su viaje en un contenedor hasta llegar a la puerta del consumidor. La mayoría de esos carritos de compras comienzan su aventura desde China para terminar en la puerta de entrada de un feliz comprador occidental. Pero, ¿y si no hay contenedores para esa carga? Ese es el dilema actual que enfrentan los carriers y dueños de contenedores en los Estados Unidos, que están enfrentando dificultades para devolver cajas vacías a China, desde donde regresarían a las costas estadounidenses llenos de regalos de Navidad.
Así lo revela la más reciente publicación del reporte mensual de logística de contenedores de Container xChange, que resalta los efectos de una congestión portuaria que se ha extendido más allá de la contingencia, logrando crear un nuevo escenario de disrupción de cara a la temporada más ajetreada para el retail. “Lo que está pasando en los Estados Unidos es que ya hay congestión, todos los años, porque es la temporada álgida y todos están buscando asegurar que los retailers cuenten con suficiente inventario en sus depósitos para la temporada de fin de año. Las negociaciones laborales de la costa oeste fueron una de las principales causas por las cuales los freight forwarders redireccionaron su carga hacia la costa este, resultando en una nueva zona de alta congestión. Además, existen complicaciones terrestres con una aguda escasez de conductores de camiones y retrasos ferroviarios que obstaculizan el movimiento de contenedores en la temporada alta”, lee el citado reporte.
Desequilibrio
El péndulo se ha posicionado en el otro extremo. Si bien hace unos meses escaseaban los contenedores, ahora hay un exceso de disponibilidad de capacidad y la demanda se está contrayendo. Sin embargo, a pesar de haber un menor volumen de demanda, los contenedores disponibles están inalcanzables. “Se están apilando contenedores vacíos en los centros de almacenaje en Estados Unidos y otros tantos atrapados en el mar que no pueden ser descargados debido a los retrasos causados por la congestión en los puertos”, explica el análisis.
Este desequilibrio en la accesibilidad de la capacidad disponible ha afectado los precios de los contenedores factibles para carga, tanto en la costa oeste como en la costa este de los Estados Unidos, viendo un alza de US$200 de julio a agosto, situando el precio del contenedor en US$2.214 hacia el octavo mes del año. Ciertamente, un fenómeno que se contradice con la situación global que ha visto una caída sostenida en el precio de los contenedores.
Índice peligroso
Un índice ‘sano’ muestra un equilibrio entre los contenedores que entran y los que salen, es decir, 0,50. Mientras más alto es el índice de disponibilidad de contenedores, significa que están entrando más de los que salen. Por eso es que el Container Availability Index (CAx) del conjunto de puertos estadounidenses, incluyendo Houston, Oakland, Nueva York, Savannah, Long Beach, y Los Ángeles con puntuaciones sobre el 0,80, es una clara evidencia del efecto de la persistente congestión que no deja salir a la capacidad atrapada.
El desafío es lograr destrabar la capacidad antes del inicio de la temporada alta, que coincide con el invierno en el hemisferio norte, época que podría verse adicionalmente afectada por cierres de puertos en China por rebrotes del coronavirus. Se viene un duro invierno sin contenedores.