Costos de producción de soja, maíz, café, caña de azúcar e incluso de proteínas podrían incrementarse
Rusia es uno de los principales productores mundiales de fertilizantes, incluidos el nitrógeno, el fósforo y el potasio, todos ellos esenciales para la agricultura. Debido al aumento del conflicto en la región, existe la legítima preocupación de que haya escasez y problemas de desempeño, no sólo en Ucrania y Rusia, sino a nivel mundial, ya que los agricultores de todo el mundo se verán afectados por la escasez de suministros en Europa del Este, según un reporte de Maersk.
América Latina, en particular, tiene una modesta balanza comercial con Rusia en la mayoría de los países, que representa menos del 1% del total de las importaciones y exportaciones de la región. Sin embargo, algunos de ellos son muy dependientes de los fertilizantes.
En 2021, Brasil fue el mayor importador de fertilizantes de Rusia. De todos los fertilizantes importados por Brasil, el 62% procedía de Rusia. Las dificultades para importar esos productos pueden afectar a la productividad de las plantaciones y aumentar el precio de commodities como la soja, el maíz, el café y la caña de azúcar. Los precios de las proteínas, a su vez, también pueden verse presionados, ya que la base de la dieta de los animales son los cereales.
En 2021, Argentina también dependía de los fertilizantes rusos, aunque en menor medida (Rusia representa alrededor del 10% de las importaciones), ya que cuenta con un número más diversificado de proveedores.
Por el lado de las exportaciones, las exportaciones mexicanas al mercado ruso se componen principalmente de automóviles y cajas de cambio, así como de ciertas máquinas y aparatos eléctricos, productos de cobre, cerveza y azúcar. En 2020, Ecuador proporcionó casi el 96% de todos los plátanos importados a Rusia.
Aunque parece inevitable un aumento de precios en muchos sectores (petróleo y otras materias primas), quizá sea demasiado pronto para tener una visión clara de lo que va a ocurrir y de las posibles implicaciones económicas a medio plazo, no sólo en América Latina sino también a nivel mundial.
Impacto global
La economía mundial se enfrenta de nuevo a desafíos mientras continúa el conflicto en Europa del Este. Los precios de la energía se han disparado; el precio del petróleo se negocia ya por encima de los US$100 por barril. El transporte ferroviario y aéreo intercontinental se ve afectado, ya que ICR ha dejado de aceptar reservas y las restricciones del espacio aéreo afectan a las rutas de transporte aéreo. Muchas empresas han suspendido las reservas marítimas en la región.
Las materias primas también se están viendo afectadas, ya que los precios del trigo han alcanzado el precio más alto de los últimos 14 años. Tanto Rusia como Ucrania representan un gran componente del 14% de trigo, el 19% de cebada y el 4% de maíz, que se ingiere en todo el mundo, sumando más de un tercio del cereal mundial. Su producción se utiliza para alimentar al menos a 50 países de todo el mundo, muchos de los cuales incluyen a las naciones menos desarrolladas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
No sólo es preocupante lo anterior, sino también la industria de semiconductores y chips. Antes del conflicto en curso en Europa del Este, el mundo ya se enfrentaba a la escasez de chips. Esta situación podría empeorar con la crisis actual. Ucrania es un gran productor de neón, y Rusia es un productor clave de níquel, platino, plata y paladio, este último producido por Rusia en un 45,6%. Todos ellos son ingredientes esenciales en la industria de los semiconductores.
Los brotes de Covid en China
China ha estado lidiando con brotes de Covid en centros de fabricación clave, afectando a la producción, así como a la importación y la exportación. Las cadenas de suministro son ecosistemas delicados y bien afinados, en los que una onda puede hacerse sentir en toda la cadena.
La política china de Cero Covid está teniendo un gran coste económico. A mediados de marzo, más de 21 ciudades, entre ellas Pekín, Shanghái y Shenzhen, estaban bloqueadas. Actualmente, más de 26 millones de personas se encuentran en bloqueo en Shanghái, ya que China se enfrenta al peor brote desde enero de 2020. El Índice de Gestión de Compras (PMI, por sigla en inglés) de los servicios de Caixin indicó que en marzo se registró el mayor descenso en dos años.