Baja tasa de inmunización de la gente de mar está limitando el recambio de tripulaciones
Miles de tripulantes están atrapados en el mar trabajando más allá del máximo de 11 meses que establecen sus contratos, ya que la aparición de la variante Ómicron del COVID-19 dificulta la capacidad de los operadores de buques de carga para el recambio de tripulaciones. Cabe mencionar que, del millón y medio de marineros del mundo que pasan largas temporadas lejos de tierra, sólo una cuarta parte está completamente vacunada, según estiman operadores de buques, agencias de contratación de tripulantes y organismos comerciales del sector, informó Wall Street Journal.
En ese sentido, la baja tasa de inmunización está limitando el movimiento de las tripulaciones a medida que los países aplican nuevas restricciones de viaje para las personas que no se han vacunado. De hecho, muchos puertos de Asia exigen a los tripulantes que esperen de siete a diez días antes de desembarcar para asegurarse de que no están infectados. Mientras tanto, aquellos que viajan a las ciudades portuarias para iniciar sus contratos están siendo bloqueados en los pasos fronterizos que exigen una prueba de vacunación completa.
“Cada vez que hay una mutación, las fronteras se cierran. Los gobiernos impiden que la gente de mar se movilice, pero quieren que la carga continúe circulando con normalidad”, dijo Rajesh Unni, director ejecutivo de Synergy Group, una agencia de buques y tripulantes basada en Singapur que gestiona más de 500 buques. “Tuvimos 56 países que endurecieron las restricciones de viaje con Ómicron y algunos marineros que volaban desde Sudáfrica fueron desviados de vuelta y puestos en cuarentena en hoteles”.
Los cambios de tripulación se producen habitualmente en los grandes puertos de China, Singapur, Los Ángeles, Houston, Países Bajos y Bélgica, con más de 150.000 marinos que vuelan por todo el mundo cada mes para conectar con los buques y sustituir a los compañeros que han estado en el mar.
Esfuerzos de los gobiernos
Varios países marítimos, como EE.UU., Indonesia y Grecia, han dicho que reconocerán a los marinos como trabajadores esenciales, pero la dificultad de coordinar los esfuerzos transfronterizos ha ralentizado el progreso, según un alto funcionario del gobierno griego. Entre los obstáculos, el funcionario dijo que muchos puertos, aeropuertos y otros puntos de entrada no han recibido instrucciones claras para asignar prioridad a los tripulantes, y éstos no han recibido la documentación adecuada para los controles fronterizos y embarques prioritarios.
La Organización Marítima Internacional (OMI) ha dicho en repetidas ocasiones que la incapacidad de rotar las tripulaciones se ha convertido en el mayor reto al que se enfrentan los operadores marítimos. Por ello, han hecho un llamado a los gobiernos para que los reconozcan como trabajadores esenciales para las cadenas de suministro mundiales y los eximan de las barreras de viajes.
El peak de marinos varados en los buques se produjo a finales de 2020, cuando casi 400.000 tuvieron que trabajar durante meses más allá de sus contratos, según la Cámara Marítima Internacional (ICS). La ICS, junto con los operadores de buques y los gestores de tripulaciones, cifró el número actual de marineros varados en unos 200.000.
El secretario general de la ICS, Guy Platten, dijo que la variante de Ómicron hizo que los gobiernos impusieran nuevas restricciones a los viajes a Filipinas desde Bélgica y los Países Bajos, y que la circulación de bienes es más lenta entre Francia y el Reino Unido después de que París prohibiera la mayoría de los viajes para las personas procedentes de Inglaterra.
En tanto, las autoridades portuarias y las organizaciones sin ánimo de lucro de puertos como Los Ángeles, Long Beach, Rotterdam y Singapur ofrecen ahora vacunas gratuitas a los marinos.
Los protocolos adoptados por la OMI exigen que los miembros de la tripulación con síntomas de Covid-19 se aíslen en los camarotes, y que los alimentos y otros suministros sean dejados fuera de las habitaciones por colegas con batas quirúrgicas y máscaras. Si un marinero infectado se deteriora, el capitán debe encontrar un puerto que le permita recibir tratamiento en tierra.
“Hemos tenido varios países que se niegan a acoger a los marineros enfermos”, dijo Unni. “Y una vez que un miembro de la tripulación se infecta, lo más probable es que otros lo hagan. El virus no va a desaparecer y no hemos conseguido atravesar los pasillos políticos y decir a los responsables de la toma de decisiones que esto tiene que solucionarse”.