Empresarios del sector estiman que de aquí a la Navidad los precios podrían subir en 35 % por los líos actuales de la logística internacional, lo que genera escasez de materias primas.
La crisis global de los contenedores y del transporte de mercancía, que inicialmente prendió las alarmas por insumos como los microchips y microprocesadores, cada vez afecta a más sectores y ahora tienen las alarmas encendidas en la industria nacional de confección, la cual, como muchas otras, depende de insumos del exterior.
La Cámara Colombiana de la Confección y Afines, CCCyA, anunció que debido a los retrasos en la llegada de contenedores, así como por el encarecimiento de los fletes, los consumidores pagarían hasta un 35 % más por el valor de las prendas de vestir en diciembre con respecto a su valor actual.
Anticipándose a la subida mundial del costo de los insumos, especialmente el del algodón, el sector ha venido haciendo urgentes llamados técnicos para acelerar decisiones que aún están “en estudio y sin fecha de respuesta” con el fin de no perjudicar a los consumidores. Es por lo anterior que la CCCyA ha solicitado reiteradamente, y de manera enfática, disminuir el arancel de los hilos, donde más de 65 subpartidas tienen un impuesto de importación del 10 % igual al de la tela.
“Si los gobiernos hubiesen optado por la defensa de la industria, hoy el mercado estaría suficientemente atendido y el consumidor no tendría que estar pagando las consecuencias de esas malas decisiones. Justo cuando el país empieza a recuperarse de una pandemia que afectó gravemente la economía, los gobiernos han desconocido el porcentaje del valor agregado al interior del sector textil, donde el eslabón de la hilatura solo representa el 2 %, la tejeduría, los servicios de estampación y tintorerías el 22 %, y la confección el 70 %”, asegura Camilo Rodríguez, presidente de la CCCyA.
Agrega que a las políticas de comercio exterior se agregan las agrarias, pues se desincentivó el cultivo del algodón en el país, del que se llegaron a tener 398.000 hectáreas sembradas, pero del cual hoy solo quedan menos de 10.000 hectáreas.
También el agro
“La caída del cultivo de algodón en cierta medida está explicado porque la industria no va a incrementar la demanda mientras el arancel de algunas subpartidas de los hilos sea igual al de las telas, esto no tendría sentido; los gobiernos de turno han perdido de vista que el gran dinamizador de la cadena es el eslabón de la confección, y si este eslabón se hubiese fortalecido, hoy no tendríamos el actual déficit de materias primas, especialmente el del algodón”, reitera Rodríguez.
Su propuesta es que el Gobierno nacional implemente incentivos que permitan bajar los costos de producción y lograr así que el consumidor final no sea quien absorba el incremento desmedido en las materias primas, fruto del alza en los precios logísticos y de transporte. “El panorama, podría tener una luz de esperanza y una oportunidad de oro, si el Gobierno reflexiona y, al igual que otros países, toma la senda de recuperar la manufactura. El Ejecutivo no debe seguir poniendo en manos de las importaciones el futuro del sector textil confección o este, que alcanzó a generar más de 1 millón y medio de empleos, seguirá sacrificando nuestro agro, la fuente del empleo y la economía de Colombia”, puntualiza el dirigente gremial.
La CCCyA reiteradamente ha pedido que se suba el arancel de las prendas de vestir que llegan al país para favorecer a las de fabricación nacional, lo que usualmente ha sido respondido negativamente por los comerciantes, quienes aseguran que la ropa importada barata favorece especialmente a los colombianos de menores ingresos.
Entre enero y agosto, según las cifras del DANE, se importaron 1.076 millones de dólares en hilados, tejidos, artículos confeccionados de fibras textiles y productos conexos, lo que implica un aumento anual del 5,7 %. En el mismo periodo, las compras externas de prendas y accesorios de vestir alcanzaron 293 millones de dólares, 51,6 % más que entre enero y agosto de 2020.