Colombia se ha posicionado como el segundo país a nivel mundial en la exportación de flores.
Las flores son uno de los principales símbolos de identidad nacional para los colombianos, tanto como lo podrían ser el café y el futbol, y representan uno de nuestros principales productos de exportación. De hecho, Colombia se ha posicionado como el segundo país a nivel mundial en la exportación de flores, debido en gran medida a la durabilidad y diversidad de especies que caracterizan nuestra floricultura1. Sin embargo, las cifras revelan una disparidad significativa en comparación con Países Bajos, líder en el sector.
En los últimos cinco años, las exportaciones neerlandesas han representado entre el 47% y el 52% del mercado global, mientras que las de Colombia apenas alcanzan entre el 16% y el 20%. Esto significa que, a pesar de ocupar el segundo lugar en el ‘ranking’ mundial, nuestras exportaciones son menos de la mitad de las del primer puesto.
Por su parte, al analizar el panorama local, encontramos que Estados Unidos es y ha sido el principal destino de exportación de nuestras flores, representando tan solo en el último año el 79% del total de las exportaciones.
Según Asocolflores, aproximadamente el 80% de los ‘bouquets’ que se venden en los supermercados de Estados Unidos son colombianos², debido precisamente a la capacidad de producción de diversos tipos de flores. A Estados Unidos como principal país de destino de estas exportaciones de flores, le siguen Canadá, el Reino Unido y Países Bajos, cada uno con un 3%, y Japón con un 2%.
Ante este escenario, las exportaciones enfrentan el doble reto de mantener su posición en el continente y de expandirse hacia mercados más lejanos, como Europa y Asia. Para lograrlo, es fundamental considerar tanto los aspectos logísticos específicos de las operaciones de comercio exterior, como el tratamiento arancelario que estos mercados ofrecen a las flores colombianas, ya que esto puede influir decisivamente en la estrategia comercial internacional.
Es importante tener en cuenta que los regímenes arancelarios preferenciales no solo están dados en Acuerdos de Libre Comercio, sino que también se pueden encontrar en otras regulaciones domésticas de los países de destino y, según esto variará la prueba de origen, en algunos casos de origen preferencial y en otros de origen no preferencial.
Por ejemplo, si lo que se busca es potencializar las exportaciones al Reino Unido, con quien se tiene un Acuerdo de Comercial vigente y un tratamiento arancelario preferencial, el primer paso será identificar la prueba de origen requerida. Si, por el contrario, se quieren internacionalizar las flores a un país de destino que no otorga un arancel preferencial en un Acuerdo, o que tiene alguna medida de defensa comercial (salvaguardia, derecho antidumping o derecho compensatorio) vigente que afecte las importaciones de orígenes distintos al colombiano, será crucial revisar si se han establecido beneficios arancelarios internos que nos beneficien (esto es tratamientos más beneficiosos otorgados en forma unilateral por el país de destino).
Un ejemplo de los beneficios arancelarios internos de los países de destino se encuentra en el Decreto Ruso 1026 del 29 de julio de 2024, expedido en el marco de la guerra ruso-ucraniana y en virtud del cual el Gobierno de Rusia decidió aumentar al 20% el arancel de todas las flores, originarias de “Estados no amistosos”3, que se clasificaran en la partida 06.03. En virtud de esta medida, vigente ‘hasta el 31 de diciembre de 2024, inclusive’, para evitar el gravamen del 20% las importaciones de flores colombianas deben estar respaldadas por Certificaciones de Origen no preferencial de conformidad con las directrices de la omisión Económica Euroasiática.
Revisar el cumplimiento de los criterios de origen y la correspondiente prueba documental es de interés no solo de los importadores y exportadores, sino que adicionalmente es una herramienta contra la evasión fiscal muy utilizada por las Autoridades penales y aduaneras del mundo. Recordemos que tan solo en el último año, la Comisión Europea inició tres programas de investigación4 por presunta evasión en el pago de derechos aduaneros, todas ellas fundamentadas en que las importaciones se respaldaron en certificaciones erróneas sobre el origen de las mercancías.
Así entonces, en el proceso de internacionalización de las flores colombianas, es preciso considerar el impacto de los regímenes arancelarios preferenciales y no preferenciales, así como acreditar correctamente el origen de estas mercancías, ello no solo de cara a lograr la máxima optimización y eficiencia en sus operaciones comerciales internacionales, sino también a brindarlas de seguridad.