La inauguración del megapuerto peruano promete revolucionar el comercio entre Sudamérica y Asia, con ventajas para Colombia, pero también grandes desafíos logísticos.
Es importante destacar que Colombia exportó a China, entre enero y septiembre de 2024, US$1.891 millones, con un incremento de 14,4% frente al mismo periodo de 2023, de acuerdo con cifras de la Dian y análisis de Analdex. FOTO: Colprensa.
El Puerto de Chancay, en Perú, ya es una realidad tras una inversión de 1.300 millones de dólares. Este nuevo gigante del comercio marítimo, conectado directamente con Shanghái, busca acortar tiempos de tránsito y reducir costos en la exportación e importación de productos hacia Asia.
Para Colombia, especialmente desde el Puerto de Buenaventura, la inauguración de esta infraestructura genera expectativas de integración comercial, pero también plantea desafíos importantes para mantenerse competitivo.
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De acuerdo con la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), el puerto de Chancay se posiciona como un punto estratégico en el Pacífico, gracias a su capacidad para recibir grandes buques y reducir las rutas tradicionales que pasaban por México o California.
Esto podría disminuir en hasta dos semanas el tránsito de mercancías hacia Asia, lo que representa un ahorro considerable para exportadores e importadores.
¿Complemento o competencia?
Desde el Puerto de Buenaventura, su gerente general, Liborio Cuéllar, asegura que Chancay será un complemento y no una amenaza directa.
“Nosotros manejamos cerca de un millón de contenedores al año con carga local. Este nuevo puerto no nos quitará carga, pero sí es el momento de reforzar nuestras conexiones con Asia y de mejorar nuestras capacidades”, explicó Cuéllar.
Uno de los puntos críticos señalados por el ejecutivo es el calado del puerto colombiano. “Si no se realiza el dragado para alcanzar los 16 metros de profundidad, seguiremos dependiendo de la marea alta, lo cual limita nuestra competitividad. Esperamos que este trabajo esté listo para enero de 2026”, añadió.
Para los analistas, como Javier Díaz, presidente de Analdex, el Puerto de Chancay podría incrementar los costos logísticos terrestres en Colombia si las navieras optan por no recalar en Buenaventura. Esto implicaría mayores distancias y complejidades en el traslado de mercancías por tierra desde Perú o Ecuador hacia el interior del país.
Además, Analdex resalta que el puerto peruano es clave para integrar a la región en la iniciativa de la Franja y la Ruta, promovida por China.
Las cifras respaldan esta visión: entre enero y septiembre de 2024, las importaciones de Colombia desde China alcanzaron los 11.386 millones de dólares, un aumento del 3,1% respecto al mismo período de 2023. Por su parte, las exportaciones colombianas hacia el gigante asiático sumaron 1.891 millones de dólares, con un crecimiento del 14,4%.
Tecnología y capacidad: el modelo Chancay
El Puerto de Chancay se ha inaugurado con 141 hectáreas de área portuaria y tecnología de punta. Según el almirante Carlos Tejada, presidente de la terminal, todo el puerto es eléctrico y automatizado.
“Los camiones y grúas funcionan sin operadores, lo que permite ahorrar energía y aumentar la productividad hasta en un 25% en el manejo de contenedores”, explicó.
La terminal tiene una profundidad de 17,8 metros, lo que permite recibir buques de hasta 24.000 contenedores. En esta primera fase, puede manejar simultáneamente hasta 38.000 contenedores, lo que lo convierte en uno de los puertos más grandes y avanzados de la región.
Para Colombia, el reto es claro: modernizar su infraestructura portuaria y mejorar sus conexiones logísticas para no quedar rezagada frente a un megapuerto que promete cambiar las reglas del juego en el comercio exterior de Sudamérica.
Con una ruta directa entre Shanghái y Chancay, el tránsito de mercancías hacia Asia podría reducirse de 40 a 25 días, según las estimaciones de los operadores peruanos. Esto no solo beneficiará a Perú, sino también a países vecinos como Ecuador, Chile y Colombia, que buscan diversificar sus exportaciones y aprovechar las cadenas globales de valor.
El próximo paso para Buenaventura y otros puertos colombianos será adaptarse a este nuevo escenario, fortaleciendo su infraestructura vial y optimizando la operación en fronteras para garantizar la competitividad del comercio exterior del país, según los expertos.