El comercio marítimo entre Asia y Sudamérica alcanza niveles récord: oportunidades y desafíos. El comercio marítimo entre el Lejano Oriente y la Costa Este de Sudamérica (ECSA) ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos meses, alcanzando cifras récord en volumen y capacidad. Este auge, impulsado principalmente por las exportaciones chinas, ha transformado significativamente las dinámicas del comercio internacional en la región.
Un crecimiento sin precedentes
Según un reciente informe de Xeneta, en los primeros nueve meses de 2024 se transportaron 1.6 millones de TEUs (contenedores de 20 pies) desde el Lejano Oriente hacia la ECSA, lo que representa un aumento del 14.8% en comparación con el mismo período del año anterior. Este incremento se debe en gran medida al fortalecimiento de las relaciones comerciales entre China y los países sudamericanos, así como a la creciente demanda de productos asiáticos en la región.
Pero el crecimiento no se limita al volumen. La capacidad ofrecida en esta ruta también ha alcanzado niveles históricos, con un promedio de 63.900 TEUs por semana en las primeras cuatro semanas de octubre. Este aumento del 73% respecto al mismo período del año anterior refleja la apuesta de las navieras por esta ruta estratégica.
Desafíos en la cadena de suministro
Sin embargo, este crecimiento exponencial no está exento de desafíos. Los datos revelan un aumento significativo en los tiempos de tránsito y una disminución de la confiabilidad de los itinerarios. Los importadores esperaban un promedio de 38 días de tránsito en el segundo semestre, pero los datos reales muestran un promedio de 47 días en el tercer trimestre.
Esta discrepancia entre lo esperado y lo real puede generar incertidumbre y afectar la planificación de las cadenas de suministro. Las empresas deben ser capaces de adaptarse a estos cambios y contar con herramientas que les permitan monitorear en tiempo real la situación de sus envíos.
El auge del comercio marítimo entre el Lejano Oriente y la ECSA representa una gran oportunidad para los países de la región, que pueden beneficiarse de un mayor acceso a productos y materias primas a nivel global. Sin embargo, es fundamental abordar los desafíos que plantea este crecimiento, como la congestión portuaria, la escasez de contenedores y la volatilidad de las tarifas.