Dirigencia de la ILA es férrea opositora a cualquier tipo avance de esta tecnología en la operativa portuaria.
Tras el acuerdo provisional que suspendió la huelga promovida por el International Longshoremen’s Association (ILA) en los 36 puertos de la Costa Este (USEC) y del Golfo (USGC) de Estados Unidos, la agrupación sindical publicó un documento dirigido a sus miembros en el que se esbozan algunas de las cuestiones que aún deben negociarse y acordarse antes de la nueva fecha límite estipulada para el 15 de enero de 2025.
En la misiva la lucha contra la automatización es un elemento clave, y se menciona explícitamente que quieren protecciones contra equipos controlados a distancia, así como equipos totalmente automatizados. Sin embargo, para el analista de la industria marítima Lars Jensen, más allá del conflicto puntual en la negociación colectiva con la United States Maritime Alliance (USMX) que agrupa a los controladores de los puertos, la lucha más profunda se vincularía con la competitividad de Estados Unidos en una economía global.
Según el analista, de acuerdo con el benchmarking anual de la productividad portuaria, es un hecho que los puertos estadounidenses no se encuentran entre los más eficientes del mundo y la carencia de la automatización es uno de los elementos que influye y bloquearla con el objetivo, explícito de preservar los puestos de trabajo, actuará como un freno para el desarrollo de la competitividad de los puertos estadounidenses frente a los puertos de otros lugares.
Durante la huelga, Dennis Daggett, vicepresidente ejecutivo de la ILA, dijo a los miembros del asociación sindical que “no creemos que la robótica deba sustituir el trabajo de un ser humano, especialmente de un ser humano que históricamente ha desempeñado ese trabajo, por lo que seguiremos luchando contra eso desde ahora y por el resto de nuestra existencia”, enfoque que de acuerdo con el analista inevitablemente continuará socavando la competitividad de los puertos de la USEC y la USGC en un contexto global.
Esto, a su vez, empeorará lentamente la capacidad de los exportadores estadounidenses para vender sus productos en el extranjero, donde compiten con otros proveedores que exportan a través de puertos más eficientes. Este fenómeno ya se estaría produciendo, puesto que según datos de Container Trade Statistics (CTS) las exportaciones norteamericanas han bajado un -15% en agosto de 2024 en comparación con agosto de 2019 antes de la pandemia.
Tres días de impacto sobre la cadena de suministro
La huelga duró tres días y para Peter Sand, analista jefe de Xeneta “el cierre de todos los puertos de la USEC y de la USGC, aunque sea por solo tres días, tiene graves consecuencias. Ahora debemos esperar para ver con qué rapidez los trabajadores que regresan pueden y están dispuestos a lidiar con la enorme acumulación de barcos que esperan descargar miles de contenedores que transportan miles de millones de dólares en mercancías”. De hecho, solo en los días de inactividad se llegaron a acumular 44 buques en espera de atención, cifra que prede a otros 120 que se encuentra navegando.
Estas consecuencias ya acumulan la suficiente energía para causar trastornos en la cadena de suministro en una escala más amplia. Al meno así lo considera Sand al señalar que “las docenas de buques retrasados en la USEC y la USGC también arribarán tarde al Lejano Oriente. Esto afectará los itinerarios hacia fines de este año y posiblemente hasta 2025, en el período previo al Año Nuevo Lunar a fines de enero, cuando tradicionalmente se observa un aumento en los envíos de mercancías desde el Lejano Oriente”.
¿Habrá más consecuencias? Posiblemente. Esto considerando que durante un año las partes negociantes no lograron llegar a un acuerdo respecto a la automatización. Ahora tienen menos de 100 días para resolver esta disputa, de lo contrario se podrían volver a producir más huelgas, anticipa Sand.