El comercio marítimo global enfrenta crecientes amenazas, con tensiones en el Mar de China Meridional sumándose a las preocupaciones de seguridad.
Estas tensiones se presentan en un contexto ya complicado para el comercio mundial, que ha sufrido disrupciones significativas en la era post-COVID, incluyendo cierres de fábricas y bloqueos que han afectado las cadenas de suministro, además del incidente en el Canal de Suez en 2021, cuando un barco quedó atascado y paralizó una de las rutas comerciales más importantes del mundo.
El Mar de China Meridional es crucial para el comercio internacional, pues aproximadamente un tercio del comercio marítimo mundial pasa por esta vía cada año, transportando alrededor del 40% de los productos petroleros comercializados a nivel global. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), en 2016 se estimó que el valor de los bienes y mercancías que transitaban por esta ruta ascendía a 3.6 billones de dólares, aunque otras estimaciones lo sitúan en hasta 5.3 billones de dólares.
La importancia de esta región no solo radica en su volumen de comercio, sino también en los recursos naturales que alberga, incluidos vastos depósitos de gas natural y petróleo, así como minerales de tierras raras cruciales para la tecnología moderna.
Sin embargo, la situación en el Mar de China Meridional es cada vez más tensa debido a las reclamaciones territoriales de China, que considera casi la totalidad de esta área como suya, desestimando un fallo de 2016 de un tribunal de arbitraje internacional que dictaminó que no tiene base legal para dichas reclamaciones. Las acciones militares agresivas de China en la región, incluyendo enfrentamientos con barcos filipinos, han incrementado los temores de un conflicto a gran escala. Estados Unidos ha advertido que está obligado a defender a Filipinas si es atacada en esta zona.
Además de las tensiones con Filipinas, otros países como Vietnam también han presentado reclamaciones para extender sus plataformas continentales más allá de las 200 millas náuticas actuales, lo que aumenta la complejidad de las disputas territoriales.
El impacto potencial de un conflicto en el Mar de China Meridional podría ser devastador para el comercio internacional, especialmente si las tensiones se extienden al Estrecho de Malaca, un punto crítico para el tránsito de petróleo y productos derivados. Cualquier interrupción en esta ruta podría provocar aumentos significativos en los costos de envío y retrasos en los puertos clave de Asia.
En un momento en que las rutas comerciales ya enfrentan desafíos debido a los conflictos en el Medio Oriente, la posibilidad de que las tensiones en Asia se intensifiquen añade una capa adicional de incertidumbre para la economía global.