China está aprovechando el proteccionismo estadounidense para introducirse cada vez más en América Latina. Desde México a Argentina, el gigante asiático no para de buscar abrirse un hueco dentro de esta parte del sur global a través de diplomacia y comercio. Los grandes intereses radican, sobre todo, en hacerse con las explotaciones de tierras raras y, en concreto, el litio. Así, desde el año 2012 China es el segundo socio comercial de América Latina, con un acumulado de intercambios que marcó un récord de 440.000 millones de euros.
México es uno de los grandes beneficiarios de las fricciones que hay entre Pekín y Washingon por el proteccionismo estadounidense. Una especie de ‘guerra fría comercial’ que incluso amenaza con reducir un 5% el PIB mundial, según advirtió la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Los datos del Ministerio de Comercio de China revelan que el comercio entre el gigante asiático y México aumentó un 9,8% interanual hasta alcanzar los 86.000 millones de euros en 2022. Al mismo tiempo, la inversión extranjera directa de China en México pasó de 165 millones de euros en 2017 a 210 millones en 2021, según las últimas cifras disponibles.
De hecho, los datos macroeconómicos avalan este interés debido a la resiliencia que está presentando esta región. El Fondo Monetario Internacional revisó en octubre al alza el crecimiento para América Latina y el Caribe para este año del 1,9% al 2,3%, citando a Brasil y México como principales aportadores al PIB de la región.
Pero no es baladí que China esté centrando todos sus esfuerzos en invertir en México. El país norteamericano tiene un tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá que permite exportar productos fabricados en México a sus vecinos del norte sin aranceles.
Es por eso que hay muchas empresas chinas, sobre todo de fabricación de automóviles, que decidieron establecer su operativa en México. De hecho, hay una pequeña isla industrial china en territorio mexicano: el Parque Industrial de Hofusan, cerca de Monterrey. Aquí hay instaladas más de 30 empresas con matriz china.
México es el séptimo productor de automóviles del mundo y produce 3,5 millones de vehículos cada año, el 88% de los cuales se destina a la exportación, según la Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos y por eso genera este interés en los fabricantes de vehículos con sello del gigante asiático.
Entre las últimas empresas chinas que decidieron establecer su operativa en México están los proveedores chinos de Tesla, luego de que el fabricante estadounidense de vehículos EV anunciase planes para construir una fábrica gigante en el país.
Al mismo tiempo, lo principales fabricantes de automóviles como BYD y Cheryl Automobile, también están considerando construir fábricas en México, mientras que Great Wall Motor y Chongquing Changan Automobile también están considerando instalarse allí, según informa la agencia independiente Caixin.
El otro foco: comercio electrónico
El comercio electrócnio también es otra clave del incremento del comercio de China con Latinoamérica debido al impulso que está tomando en la región. Se espera que las ventas minoristas de comercio electrónico en América Latina crezcan un 14,3% este año, frente a la expansión del 11,9% del año pasado. Argentina, México y Colombia son los que lideran este crecimiento, según los datos de Insider Intelligence.
Tal es este interés por la región, que las propias plataformas de venta minorista de moda rápida están reclamando su presencia en el mercado local, con el foco en Brasil y México como principales puntos de entrada.
De hecho, en abril Shein anunció que lancará operaciones para abrir una fábrica en Brasil y AliExpress anunció en octubre que aumentaría su inversión en el mercado brasileño.