
A la medida se suman aranceles a equipos portuarios, productos farmacéuticos, camiones y posiblemente a semiconductores.
A partir del 14 de octubre, entraron en vigor los gravámenes portuarios recíprocos entre China y Estados Unidos, en un nuevo capítulo en la guerra comercial. Un análisis de Clarkson’s Research estima que alrededor de 500 portacontenedores podrían quedar sujetos a los nuevos gravámenes impuestos por China a los buques estadounidenses. “El número podría ser incluso mayor, ya que la estimación se basa en naves construidas, abanderadas, propiedad u operadas por entidades totalmente estadounidenses o listadas en la bolsa de EE. UU.”, precisa el analista de la industria marítima, Lars Jensen.
La medida afecta principalmente al segmento portacontenedor, aunque su impacto directo se considera limitado en proporción: solo 5% de las recaladas en puertos chinos estarían potencialmente afectadas. En el caso de los tanqueros y buques tanque GNL, el ratio se eleva al 12-13%, lo que refleja una exposición más amplia del transporte energético a la nueva carga fiscal.
Sin embargo, los operadores podrían responder con maniobras tácticas. “Es probable que las líneas navieras hagan lo mismo que con los gravámenes portuarios aplicados por EE. UU.: reorganizar despliegues para minimizar costos donde sea posible”, explica Jensen. No obstante, advierte que el margen de maniobra es reducido en el caso de los Ultra Large Container Vessels (ULCV), cuya operación se concentra en rutas específicas.
Clarkson’s Research calcula que más de 3.100 naves de todos los tipos quedarían bajo el alcance de los gravámenes portuarios chinos. Aunque el porcentaje global es modesto, el movimiento tiene un valor simbólico considerable, pues constituye una respuesta directa a las medidas de la USTR y podría afectar las decisiones de recaladas, itinerarios y mantenimiento de flotas, especialmente entre las líneas navieras que combinan capital estadounidense y asiático.
Aranceles de EE. UU. a equipos portuarios chinos
Paralelamente, la USTR modificó recientemente su estructura de tarifas impactado al sector marítimo-portuario “por un cambio en el anexo 5, donde ahora tenemos aranceles adicionales del 100% sobre las grúas Ship-to-Shore, así como sobre chasis intermodales y sus piezas”, señala Jensen. En una serie de aranceles que entrarán en vigor el 9 de noviembre.
Además, existe una propuesta de aranceles del 150% sobre un amplio rango de equipos portuarios: grúas pórtico, reachstackers, tractores de terminal y componentes asociados. Estas medidas golpean directamente la infraestructura crítica del comercio marítimo, encareciendo inversiones en modernización y capacidad operativa.
En el plano diplomático, China ha mantenido su estrategia de reciprocidad. “Si Trump impone aranceles adicionales del 100%, responderemos con medidas correspondientes”, advirtió Pekín. El presidente estadounidense replicó en redes sociales con un mensaje de confianza: “¡No se preocupen por China, todo estará bien!”.
El frente más amplio de la disputa
Según WSJ, las políticas arancelarias del presidente Trump han tenido numerosos giros este año. El mandatario “dijo que impondría a China un arancel adicional del 100% desde el 1 de noviembre, encima del 30% aplicado este año y de los gravámenes previos”, reeditando tensiones que se creían resueltas.
La medida surge después de que Pekín restringiera las exportaciones de tierras raras, insumos esenciales para la industria de los semiconductores, lo que Washington considera una amenaza estratégica. Además, la administración Trump ha ampliado los aranceles a productos farmacéuticos patentados, camiones pesados y mobiliario doméstico, y estudia extenderlos a semiconductores.
El escenario es de alta incertidumbre global, con socios comerciales como India, México y la Unión Europea negociando reducciones o ajustes a sus propios aranceles. En el caso del bloque europeo, se alcanzó un acuerdo preliminar que fija una tasa base del 15%, mientras que India enfrenta tarifas del 50% y México mantiene un 25%, con la amenaza cierta de un incremento al 30%.
La disputa, además, tiene un escenario paralelo en el ámbito judicial. Según WSJ, la Corte Suprema estadounidense deberá pronunciarse sobre la legalidad de los aranceles globales aplicados por EE.UU. antes de fin de año, aunque el gobierno aún podría imponer tarifas sectoriales específicas.
En suma, el cruce de gravámenes portuarios y medidas arancelarias refleja un endurecimiento simultáneo de la competencia económica y logística entre China y EE. UU. Lo que comenzó como una guerra comercial se está convirtiendo en una batalla por el control de los flujos físicos del comercio mundial, con efectos que el transporte marítimo, inversiones y costos operativos.
Fuente: https://www.mundomaritimo.cl/noticias/china-y-ee-uu-elevan-las-tensiones-en-el-transporte-maritimo-con-gravamenes-portuarios-mutuos?utm_medium=email&utm_campaign=newsletter