En menos de dos semanas, el 14 febrero, es la fiesta de los enamorados en EE. UU., lo que representa uno de los picos de ventas más altos del año para los floricultores colombianos.
En febrero los floricultores colombianos le prenden velas a San Valentín para que la celebración de los enamorados estadounidenses, seguidores del santo el día 14, propicie las ventas de este producto esencial de la canasta exportadora nacional.
Las jornadas de las últimas semanas en la productora de flores Jardines de San Nicolás, ubicada en la vereda Pontezuela de La Ceja, en el Oriente antioqueño, estuvieron dedicadas a cumplir los compromisos adquiridos con los clientes norteamericanos, para quienes se recolectaron y despacharon alrededor de 5 millones de tallos, de por lo menos 85 variedades de crisantemos.
Adriana Montoya, directora de Producción de la empresa, precisó que ayer se cumplió con el último despacho a Estados Unidos donde floristerías y comercializadores exhiben las flores colombianas, con las que los amantes norteamericanos podrán demostrar sus sentimientos.
La fiesta de San Valentín es uno de los picos claves de la floricultura colombiana y para atender la demanda la planta de personal de Jardines de San Nicolás de 420 empleados debió ser reforzada con 103 trabajadores más, tarea que en el primer mes del año no fue fácil. Otro reto lo impuso el clima, pues la alta radiación y la escasez de lluvia sometió a estrés los sembrados.
En el top exportador
De acuerdo con los datos del Dane, entre enero y noviembre del año anterior las flores se posicionaron como el sexto producto de la canasta exportadora del país, totalizando US$1.917 millones, cifra levemente inferior a los US$1.922 millones reportados en los mismos meses de 2022.
Pero, este año arrancó con un factor en contra de los exportadores: la tasa de cambio del dólar a la baja. Y es que a comienzos de 2023 la cotización de la divisa estuvo en niveles de $4.900 y este año en $3.900.
El gremio de los exportadores de flores, Asocolflores, explicó que en el último año la tasa de cambio sufrió una revaluación significativa de alrededor del 20%.
El presidente de la agremiación, Augusto Solano, anotó que para los empresarios esta circunstancia es especialmente grave puesto que es un sector netamente exportador e intensivo en mano de obra formal.
“Esto hace que los productores enfrenten una disminución notable de sus ingresos y altos incrementos consecutivos de mano de obra, que representa más del 50% de sus costos operativos”, comentó el dirigente gremial.
Para Solano definir el nivel adecuado de la tasa de cambio para tener una economía dinámica no es fácil. Sin embargo, comentó que “una cifra competitiva, que en este momento podría ser de alrededor de $4.500 por dólar, no solo incentivaría las exportaciones, sino que es el arancel más efectivo a las importaciones de productos baratos que compiten con la producción nacional. Esto no requiere renegociación de acuerdos comerciales, ni acudir a engorrosas salvaguardas”.
Además, abogó porque no se reviva la pesadilla que vivieron los exportadores durante 10 años de revaluación entre el 2003 y 2013. “Como de costumbre, el sector floricultor hace todo lo posible para mejorar su productividad y eficiencia, pero una prolongada revaluación afectaría la viabilidad de muchas empresas exportadoras en muchos sectores”.
Competencia aquí y allá
Estados Unidos continúa siendo el principal destino de las flores colombianas. Según el Dane entre enero y noviembre del año pasado las ventas de plantas y productos de la floricultura a ese país totalizaron US$1.540 millones, lo cual demuestra que la relación del peso con el dólar y la alta inflación en ambos países no ha favorecido el sector.
Un informe de la firma Sectorial indicó que este sector agroindustrial depende en gran medida del comportamiento de la Tasa Representativa del Mercado (TRM) del dólar, así como de la dinámica de la inflación entre ambos países, a lo que se agrega la dinámica de Ecuador, que es principal competidor regional y de nicho de mercado.
“Ecuador tiene una economía dolarizada, así, Colombia toma ventaja cuando el peso se devalúa frente al dólar, pero pierde cuando la inflación es elevada, dado que las flores es una industria intensiva en mano de obra formal. Ecuador ha tomado impulso al lograr tener una inflación controlada comparativamente, por debajo de 4% en 2022, frente al 13% de Colombia”, se lee en el reporte.
En el radar de este negocio también aparece Kenia, otro de los principales competidores, donde el escenario es más complejo, dado que la rentabilidad del negocio en ese país africano está fundamentada en limitadas condiciones laborales, que afectan a cerca de dos millones de jornaleros, y que hacen posible que Kenia sea el cuarto productor y exportador mundial de flores.
Otros destinos de las flores colombianas son Países Bajos, España, Aruba, Reino Unido, Suiza, Italia, Canadá y Trinidad y Tobago, hacia donde se despachan gran variedad de flores y capullos, rosas, claveles, pompones, hortensias y alstroemerias.
Terminado este pico de ventas, los productores de flores del país se alistan para iniciar las siembras con las que atenderán la temporada de madres en mayo, y confían en que el fenómeno climático de El Niño y la tasa de cambio del dólar no propicien condiciones adversas que perjudiquen este sector exportador.
En febrero los floricultores colombianos le prenden velas a San Valentín para que la celebración de los enamorados estadounidenses, seguidores del santo el día 14, propicie las ventas de este producto esencial de la canasta exportadora nacional.
Las jornadas de las últimas semanas en la productora de flores Jardines de San Nicolás, ubicada en la vereda Pontezuela de La Ceja, en el Oriente antioqueño, estuvieron dedicadas a cumplir los compromisos adquiridos con los clientes norteamericanos, para quienes se recolectaron y despacharon alrededor de 5 millones de tallos, de por lo menos 85 variedades de crisantemos.