Estos esquemas podrían discriminar a los operadores más pequeños y favorecer la concentración del mercado
El Foro Internacional de Transporte (ITF) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó recientemente el reporte “Precio del Carbono en el Transporte Marítimo”, donde revisa la efectividad de la tarificación del carbono, cómo podría aplicarse al sector del transporte marítimo y con qué efectos. También evalúa las propuestas recientes de los países para introducir un precio a las emisiones de carbono del transporte marítimo y examina las cuestiones de política relacionadas. La investigación de Olaf Merk, se basa en entrevistas e intercambios con partes interesadas y expertos que participaron en el Grupo de Interés Común sobre Descarbonización del Transporte Marítimo de la ITF desde junio de 2021 hasta noviembre de 2022.
De acuerdo con el informe la falta de viabilidad comercial de los buques de cero emisiones es un desafío importante para la descarbonización del transporte marítimo. La diferencia de precios entre los combustibles para naves convencionales y los de cero emisiones dificulta la adopción de soluciones tecnológicas conocidas y, en ocasiones, disponibles. El resultado es un cuello de botella para la adopción de emisiones cero. En ese sentido se postula que “un precio para el de carbono emitido por el transporte marítimo podría ayudar a cerrar la brecha y acelerar el despliegue al hacer que los combustibles convencionales para buques sean más caros y que los combustibles y las fuentes de energía de cero emisiones sean competitivos”.
En todo el mundo, existen 68 esquemas genéricos de fijación de precios del carbono a nivel supranacional, nacional y subnacional que cubren alrededor del 23% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), según el Banco Mundial. Sin embargo, solo un esquema, el impuesto nacional al carbono de Noruega, abarca las emisiones del transporte marítimo.
Se estima que los esquemas de fijación de precios del carbono pueden generar ingresos significativos y, por lo tanto, proporcionar fondos para invertir en tecnologías e infraestructura de cero emisiones. Estos podrían tener un impacto duradero al reducir los costos del envío de cero emisiones. No obstante, “los estudios indican que la tarificación del carbono por sí sola suele ser insuficiente porque los precios son demasiado bajos para desencadenar la descarbonización total”. Por lo que su aplicación tendría una mayor eficacia si “se aplican con mayor eficacia en conjunto con otros instrumentos, como reglamentos y normas”.
A nivel regional, la Unión Europea (UE) avanza en su propuesta de incluir el transporte marítimo en el sistema de comercio de emisiones (ETS) de la UE. A nivel mundial, un número creciente de países y partes interesadas de la industria naviera consideran que la tarificación del carbono es una medida prometedora para descarbonizar el sector. Todos desarrollos que hacen que sea más probable llegar a un acuerdo global sobre el precio del carbono en el transporte marítimo en la Organización Marítima Internacional (OMI). Este organismo ha recibido cinco propuestas de esquemas globales de fijación de precios del carbono para el transporte marítimo: gravámenes, un sistema de “feebate”, un sistema de comercio de emisiones para el transporte marítimo y un sistema de recompensas/penalizaciones. Además, ha habido una propuesta para un estándar de combustible marítimo. “A pesar de las diferencias de enfoque, también hay superposiciones considerables y posibles complementariedades entre las propuestas”, lee el informe.
Descarbonización y su impacto en la competencia
Según el informe de ITF existen, básicamente, existen tres formas de reducir las emisiones de GEI del transporte marítimo: mejorar la eficiencia energética (reduciendo la energía necesaria por tonelada/milla); utilizar combustibles de menor intensidad de carbono (medidos en emisiones de GEI por unidad de energía utilizada) y; reducir la demanda de transporte marítimo (la cantidad total de toneladas-millas realizadas por el sector del transporte marítimo).
Ahora bien, el informe establece posibles impactos en diferentes frentes de la industria marítima, uno de ellos se refiere a cambios en la competencia. Este último punto aparece como interesante, al considerar que el sector vive una etapa de brusca caída de las tarifas, especialmente en el sector portacontenedor, lo que ha llevado a plantear la posibilidad de una competencia más ceñida entre los diferentes actores del sector.
Para la ITF, los esquemas de fijación de precios del carbono podrían discriminar a los operadores más pequeños, la mayoría de los cuales tienen naves más pequeñas y más antiguos y podrían tener menos acceso a los mercados de comercio de derechos de emisión.
“Existe la preocupación de que los esquemas de fijación de precios del carbono puedan acelerar la tendencia hacia la concentración del mercado. Las grandes navieras globales tienen la capacidad financiera necesaria para renovar sus flotas y adaptar los servicios de envío. Las empresas más pequeñas correrían el riesgo de ser expulsadas”, advierte el informe.
Además, se plantea el riesgo de mercados marítimos de dos niveles, con naves más eficientes energéticamente que operan en rutas internacionales y embarcaciones menos eficientes energéticamente en rutas regionales o nacionales, o secundarias en economías emergentes.
De acuerdo con el informe, se supone que el sector del transporte marítimo de contenedores será comprador de derechos de emisión, ya que consume más combustible que el sector de los graneles secos y líquidos. “Al mismo tiempo, el sector está cada vez más concentrado. Esta pérdida de intensidad competitiva de los compradores de derechos de emisión podría traducirse en precios de derechos de emisión más bajos”.