Venezuela y Perú entre los mercados más afectados
Los precios del crudo a nivel mundial están sólidos, en altos históricos sobre los US$90 Brent, principalmente debido a las tensiones entre Ucrania y Rusia, a la vez que los inventarios de petróleo están más que justos. Mientras, la administración de Biden está considerando levantar ciertas restricciones a Irán, aunque no precisamente para el crudo. Aun cuando este escenario se origina en Europa y Medio Oriente, los mercados de América Latina lo resienten. Los altos precios y condiciones restrictivas de comercio del petróleo han afectado a Venezuela y Perú.
Concentración de diluyente
El espeso crudo venezolano necesita diluyente para ser embarcado y exportado. Por lo tanto, sin diluyente el mercado queda detenido. Por eso, la llegada de 2mb de condensado ligero iraní -gracias a que Estados Unidos levantó algunas restricciones a Irán- ha permitido que Venezuela adquiera el muy necesito elemento para soportar su producción y exportación durante los próximos meses. Más crudo disponible en el mercado ayudaría a apalancar la oferta y quizás ayudar a bajar los precios del barril. Según cifras de BRS Tanker, el país sudamericano estaría produciendo alrededor de 150 kb/d, un aumento de 90 kb/d comparado con el promedio de 2021 de 60 kb/d.
Refinería cerrada
Por su parte, en Perú se vive la situación contraria, con el potencial cierre temporal de la refinería más grande del país La Pampilla, perteneciente a la española Repsol. El motivo del cese de operaciones se debe a que el gobierno de Pedro Castillo ordenó la detención de la descarga de crudo en la planta que produce 117 kb/d, como respuesta al derrame causado por oleaje del tsunami originado en la isla de Tonga y que resultó en 6 mil barriles de crudo en la costa de Callao mientras un tanquero de Repsol hacía su descarga habitual. Los efectos del cierre -aunque temporal- de la refinería serían sentidos en la industria nacional, pues La Pampilla refina el 60% del combustible búnker del país. Precisamente, rumores no confirmados por BRS Tanker indican que el cierre sería solo parcial, permitiendo el funcionamiento de la planta para no escasear combustible.
Producción nigeriana
Mientras, en Nigeria la producción de crudo sufrió un duro revés con la explosión del Trinity Spirit FPSO. Aun cuando la nave estaba prácticamente vacía, los temores de un derrame amenazan con interrumpir el transporte que hasta ahora se mantiene sin alteraciones. Sin embargo, este fantasma sí ha logrado detener la inversión en la producción de crudo en Nigeria que lucha por mantenerse vigente con infraestructura antigua, lo cual lo pone en una doble desventaja frente a otros mercados. Si lograran modernizar sus instalaciones y equipamiento -con la debida inversión- el crudo nigeriano y sus derivados podrían ser una alternativa competitiva para el mercado mundial y con los debidos efectos secundarios alcanzando las costas de América Latina.